Rafael López Aliaga: ¿Realmente era un antagonismo en auge?
Rafael López Aliaga, candidato a la presidencia por Renovación Popular, se veía posicionado en los primeros lugares en intención de voto según el informe elaborado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), en el mes de abril de este año. Este informe sorprendió tanto a propios como a extraños, no solamente por los intereses políticos que tenga la institución, sino por la subida imparable del candidato en las encuestas. No sé si será justo o injusto, pero lo cierto es que él estaba posicionado en el sondeo nacional con una posibilidad de pasar a la segunda vuelta. Como dirían algunos jóvenes, López Aliaga estaba en modo ´Onfire´.
Cuando veo las encuestas, no puedo confiar mucho en ellas porque no refleja
totalmente la voluntad de la población, sino de algunos sectores que fueron
encuestados en lugares estratégicos. Yo diría que la “verdadera” encuesta fueron
las elecciones que se realizaron el 11 de abril. Lo que sorprende es que ni
bien él sube mucho su popularidad,
también aumentan los ataques hacia su persona. Parece que ser popular en el
Perú fuera un castigo.
Antes de continuar con esta columna de opinión, muchos se preguntarán:
¿quién es Rafael López Aliaga? ¿Por qué existe López Aliaga? ¿Cuál es el
pensamiento de López Aliaga? ¿Cuáles son los éxitos de López Aliaga? por último
y lo más importante ¿por qué odian tanto a López Aliaga? Es raro que existan
muchas preguntas sobre él, pero estas preguntas son bastantes necesarias para
entender a un candidato que cada día tiene uno u otro escándalo mediático.
Hablar sobre Rafael López Aliaga no es tarea sencilla. Muchos me
preguntarán la razón para escribir una columna sobre un candidato que a algunos
peruanos les cause desagrado. Este no es un elogio a López Aliaga y tampoco una
crítica a su performance. Me quiero enfocar básicamente en las percepciones
negativas y el rechazo que tiene la población sobre él que de a pocos se estaba
convirtiendo en un odio desmedido. Además, el hecho de que López Aliaga estaba mejor
posicionado las encuestas debe llamar la
atención de cualquier peruano de a pie y, sobre todo, a los analistas políticos
(sean antropólogos, politólogos, periodistas, etc) para su respectivo análisis.
Por ultimo explicar los motivos de su derrota en las elecciones y el panorama
que tendría el país de cara a la segunda vuelta. Quiero aclarar que, aparte de
todo lo mencionado antes, mencionaré algunos puntos positivos sobre él, porque
todo candidato que postulaba a la presidencia tiene sumas y restas, y Rafael
López Aliaga no es la excepción.
Rafael López Aliaga, más conocido como ´Porky´ o ´el tío Porky´,
en alusión al personaje de los Looney Tunes, fue un candidato que
desataba pasiones: es querido por unos y odiado por otros. Es más, nunca he
visto a un candidato que haya generado tanto rechazo, y posible antivoto, detrás de Keiko Fujimori que la figura de Rafael
López Aliaga, en los últimos meses. Posiblemente Alan García estuvo en el
segundo lugar de los políticos más rechazados, pero ahora López Aliaga está
tomando la posta de los más rechazados por parte de personas con tendencia
socialista y progresista. (Ojo que no son la totalidad de todos los peruanos,
solo una porción).
Vayamos ahora al inicio de todo. Voy a explicar las características y el
performance de López Aliaga que serán clave para entender todos sus pormenores.
Todo lo que investigué de él se debe, en gran parte, a las opiniones de
compañeros y amigos que sienten alguna simpatía y rechazo hacia su calidad como
político y persona. Sí, chicos. El Perú tiende a polarizarse por sus
candidatos.
Rafael López Aliaga no es tan nuevo en la política. Fue regidor por Lima
por el partido de Solidaridad Nacional. Partido que estuvo metido en muchos
casos de corrupción, teniendo mucho que ver su líder y fundador, Luis Castañeda. Este partido
actualmente no existe y López Aliaga se
encargó de “refundar” el partido bajo una ideología conservadora. La primera
vez que escuché de López Aliaga fue a comienzos de enero. Me enteré por las
redes sociales que es un candidato defensor de la vida y de la familia. Son los
temas que los conservadores y muchos libertarios buscan defender. En ese tiempo
aparecía en “otros” candidatos que no pasaban del 1% de popularidad. Esa
popularidad siguió creciendo cuando se presentaba en los canales de televisión,
especialmente en Willax, donde se convirtió en su invitado predilecto. También
fue invitado en otros canales, pero muchas veces discutía verbalmente con los
entrevistadores defendiendo sus convicciones de manera frontal. En el plano
económico, es un empresario exitoso y dueño de la línea ferroviaria Perurail que
muchos detractores lo acusan de beneficiarse del monopolio durante el régimen
fujimorista. Por último, López Aliaga es un católico practicante perteneciente al Opus Dei, una prelatura de la iglesia católica
caracterizada por su conservadurismo.
Desde aquí viene lo picante. Lo primero que le critican a López Aliaga es
su religión. Sé que en teoría el Perú es un Estado Laico, pero la mayoría de la
población es creyente. Estoy de acuerdo que el Estado, entendiéndose como
organización jurídica y política con poder administrativo dentro de un
territorio, debe ser laico. Entender lo laico como la neutralidad de la
religión en los asuntos públicos, o sea, una separación de la Iglesia y el
Estado. Lo que muchos no entienden es que la mayoría de los peruanos profesan
una religión, principalmente la cristiana (sea católica o evangélica) y eso no
se puede prohibir porque atentaría contra la libertad de credo. Algunos piensan
que, si López Aliaga fuese elegido presidente,
convertiría al Perú en una especie de “república religiosa” o un Estado
Confesional. No creo que eso pase, pero si
es que sucediera lo impensable, también me opondría a un Estado Confesional.
Aparte de que no les gusta que López Aliaga lleve su religión casi al
dogmatismo.
Otro punto negativo de López Aliaga es el aspecto económico.
Increíblemente los empresarios no se salvan de críticas de lo económico. Se
critica el hecho que su fortuna lo hizo a base de monopolios de las rutas del
tren a Machu Picchu ocasionado graves problemas a los cuzqueños que criticaban
mucho los costos de los pasajes y se rumorea que
él no pagaba a sus trabajadores a tiempo. También que algunos defensores no les
gustaban que, en caso de que llegara al poder,
aplique un keynesianismo para rescatar al país de la crisis económica. En eso
debo serles sincero que no he estudiado a profundidad los planes propiamente
económicos pero por lo visto, mantendría el mismo modelo económico para alivio
de muchos peruanos. Por último, para esta sección, es que se le ha acusado frecuentemente de no pagar su deuda con la
Sunat evadiendo impuestos. Hasta el cierre
de esta columna, López Aliaga declaró que muchas de sus deudas estaban
prescritas y que no estaba obligado a pagarlas. No sé qué tan cierta será su
declaración pero lo que sí es cierto es que tiene una deuda de unos 28 millones
de soles que la Sunat exige que pague.
Otra crítica hacia López Aliaga en el aspecto político tiene mucho que
ver con su partido. Algunos de los candidatos de Renovación Popular tuvieron su
pasado en el extinto partido de Solidaridad Nacional que para la mayoría de la
población les hace recordar a la corrupción en la que estuvo involucrado. Claramente
se podría decir que no hay tanta “renovación” entre sus filas al congreso. Aquí
me di cuenta de que el ´tío Porky´ es un
hombre bastante conservador, un aspecto bueno para algunos y terrible para
otros. Otro detalle es que muchos opositores querían catalogarlo a él como
alguien de la extrema derecha política, que si llegara al poder; aplicaría
medidas tan radicales que eliminaría muchos programas sociales y recortaría
algunos “derechos” progresistas al estilo del presidente brasileño Jair
Bolsonaro. En suma, usaría el populismo para llegar a los sectores
conservadores prometiendo eliminar la ideología de género del currículo
nacional de educación, pero, a su vez, gobernaría para los poderosos. Así de
asustados estaban sus opositores.
Aquí mencionaré sus críticas sociales hacia el candidato que son
bastantes polémicas. Como todo conservador, está en contra del matrimonio
homosexual, el aborto en todas sus causales y la ideología de género. Es un
hecho que los colectivos LGTB le llamaron
homofóbico; y los colectivos feministas le dijeron que era un machista y
misógino por oponerse al aborto, sumado que no les gustaron algunas
declaraciones que dio a la prensa sobre los casos de las niñas violadas. Lo hablaré más adelante. Lo llamativo de López
Aliaga es que es un candidato bastante atípico, que no sabe guardar las formas.
En las entrevistas que tuvo en los canales de Latina, ATV o América Televisión,
no suele responder de buena manera a los entrevistadores. Seguramente López
Aliaga ya sabe que los entrevistadores no lo invitan para que él presente sus
propuestas, sino para tenderle una emboscada con el afán de hacerlo caer. Él no
es tonto y estoy seguro que él va a los canales creyendo que va a una guerra
contra los medios “mermeleros”. La entrevista que tuvo con Juliana Oxenford,
por ejemplo, es una prueba de ello. Ella no supo preguntar de buenas maneras a
López Aliaga evidenciando un cierto rechazo al candidato. En cuanto a López
Aliaga, fue frontal en sus declaraciones, reafirmando sus convicciones
políticas y religiosas; y seguramente, se ganó
el cariño de un sector de la población cercano a su forma de actuar. Probablemente sus opositores dirán que fue un misógino por tratar
“mal” a Juliana Oxenford y un resentido por sus declaraciones. Creo que López
Aliaga se exaltó mucho, pero no quita que la
periodista Oxenford haya perdido la credibilidad ante la opinión pública.
Lo más criticado de López Aliaga hasta el momento es su incapacidad de
retórica como lo mencioné párrafos arriba. Ahí sí les doy la razón a sus
detractores. Si López Aliaga quería incursionar en la política desde un inicio,
debió contratar a un buen asesor de campaña. La mayoría de sus declaraciones le
costó mala fama. Más aún en un país donde el morbo es el pan de cada día para
la prensa. Al margen que López Aliaga haya llamado “marxista” al expresidente
Martin Vizcarra o “terrorista” al presidente Francisco Sagasti (creo que llamar
terrorista a alguien a la ligera no es correcto de un candidato que por una
declaración desatinada puede costar su popularidad), lo polémico fue sus
declaraciones sobre las niñas afectadas por casos de violación y sobre el
pedido de eutanasia de Ana Estrada, la cual padece de una enfermedad incurable.
En esas dos declaraciones quiero explicarlo bien. En la primera declaración,
López Aliaga no está de acuerdo con el aborto en casos de violación porque
alega que es un asesinato y que no se puede eliminar un delito con otro delito.
Lo que explicó en la declaración era que él propone un apoyo psicológico,
policial y judicial dando también cariño y afecto a la víctima de una violación
llevándola a un “hotel 5 estrellas” como lo
mejor que puede ofrecerle a ella, alegando que en su declaración la prensa
había “recortado” parte de su explicación.
En su segunda declaración, estuvo en cuestión el pedido de la mujer, Ana
Estrada, su aplicación de la eutanasia por su enfermedad degenerativa e
incurable. López Aliaga, que es defensor de la vida, dijo que el Estado no
podía cumplir ese pedido por ser anticonstitucional y si ella quería morirse,
que se “tirara de un edificio”. Esa declaración fue muy mal recibida por la
opinión pública alegando que López Aliaga era un tipo insensible y que padecía
problemas mentales. Al final, ´el tío Porky´ pidió disculpas por su comentario
desatinado, aunque el daño estaba hecho.
Si creíamos que todas sus críticas acababan aquí, pues todavía hay una
más pero de parte de sus postulantes al congreso. Hace unos días, la candidata
a la primera vicepresidencia, Neldy Mendoza, salió en un video diciendo que si a las mujeres se les “enseña
que lo que menos importa es ser madre”, se estarían convirtiendo en “abuelas
terroristas” de sus nietos. Quizás para los adultos mayores de 40 o de 50 años les daría igual o
estarían de acuerdo con las declaraciones de Neldy Mendoza, pero a los jóvenes de 18 a 25 años les causa
mucha indignación y hasta podrían perder votos de esos jóvenes que son una
parte muy importante de la población. Esta declaración le pudo costar caro a la campaña de López Aliaga.
Todos estuvimos en la obligación de ir a las urnas, de votar por algún
candidato y estoy seguro que muchos votaron por López Aliaga. Es el candidato
que todavía sigue en tendencia en las redes. Lo malo es que estuvimos en un
panorama que ya no tenía salida: si votas por él, te critican; si no votas por
él, igual te critican. Pasamos la vida insatisfechos por los candidatos. A
veces me pregunto si nos merecíamos un presidente como López Aliaga. Yo diría
que a pesar de sus negativos, es un candidato que va a mantendría el eje
económico que el Perú tiene desde hace 30 años y con el que la mayoría de
peruanos están satisfechos.
Lo bueno de López Aliaga, para un sector de los peruanos, es que él es un
empresario exitoso, que conoce bien el sector privado, tiene jale en la
población por su lucha contra el progresismo, eliminaría los pagos a la prensa
“mermelera”, dona dinero a instituciones de caridad, de fuertes convicciones
cristiana y por la defensa de la vida y la familia. Sin embargo, para alguien
quien dice ser provida y profamilia es anatema para aquellos que quieren
implementar el aborto y el matrimonio homosexual como políticas de gobierno.
Yo, en lo personal, estoy de acuerdo con las características de López Aliaga
pero eso no significa que él sea perfecto. No hay persona perfecta ni candidato
perfecto. Es más, en las elecciones nunca ganará un candidato “ideal” para
todos. Por último, hay que ser realistas. Si López Aliaga estaba entre los
primeros en las encuestas es porque muchos creían en él y eso demostraría que
el Perú sigue siendo un país conservador.
Este domingo se dieron las elecciones y el panorama es bastante desolador
para los “aliaguistas” y para el Perú entero. Según los conteos de la ONPE el
candidato Pedro Castillo de Perú Libre y Keiko Fujimori de Fuerza Popular
alcanzaron el porcentaje de las votaciones de 19% y 13%, respectivamente, permitiendo
entrar a la segunda vuelta electoral. El ´tío Porky´ alcanzó un
porcentaje de 11,6% logrando el honroso tercer lugar de las votaciones. Ni los
simpatizantes están felices y sus detractores están triste. Mas bien estan
atemorizados por una segunda vuelta de un candidato de tendencia socialista y la
otra candidata que su antepasado político está plagado de corrupción.
Creo que hubo muchos motivos para explicar la derrota de López Aliaga en
las elecciones. Uno, que los constantes ataques hacia la prensa le pasaron una
mala pasada conociendo el poder que tiene la prensa. Me gusta que él haya sido
directo en decir sus verdades a la prensa pero seguir con el ataque a días
previos de las elecciones no era una buena estrategia. Dos, el escándalo que tuvo
con la activista provida Beatriz Mejía y una denuncia que tuvo él por parte de
su hijo ocasionó un remezón dentro del entorno conservador que iba a apoyar a Porky.
Por último, el debate presidencial. Muchos seguidores de López Aliaga querían
escuchar más sus propuestas, aparte de un mejor desenvolvimiento escénico. Lo
malo es que gran parte del debate se la pasó leyendo sus propuestas y no las
expuso como el público hubiese querido. Aparte que ese día a Porky se le
notó enfermo cuando se presentó al debate. Es probable que esto le haya pasado
factura al candidato de Renovación Popular. Parece que algunos seguidores suyos
se desencantaron de él y decidieron apoyar a otros candidatos como Hernando de
Soto e incluso a Keiko Fujimori que salió bien parada del debate.
Yo me he preguntado cómo hubiese sido las reacciones en un eventual
triunfo de López Aliaga. Lo más seguro es que habría mucha polarización que
desatara emociones encontradas. Voy a explicar brevemente las reacciones
positivas de parte de sus simpatizantes y las reacciones negativas de parte de
sus opositores en caso de que hubiera ganado López Aliaga.
Sus simpatizantes estarían felices porque es lo que ellos esperaban de
él; esperarían el triunfo de alguien con quien
se sientan representados, por alguien que tenga sus mismas convicciones.
También estarían tranquilos porque saben que ´Porky´ mantendría la misma
ruta económica que muchos peruanos se sienten conformes. Por último, estarían
aliviados de que haya ganado un candidato de derecha conservadora que uno de
izquierda radical o progresista. Todo lo demás se sentirían cómodos esperando
la toma de mando del 28 de julio.
Ahora, para sus detractores, el panorama sería muy diferente. Primero, ellos
sentirían tristeza por el resultado, decepción por los peruanos que hayan
decidido votar por alguien que quiere “retroceder” políticas de luchas por los
derechos de la mujeres, vergüenza que supuestamente hayan elegido a un
candidato que logró los votos a base de populismo y agresividad en vez de
propuestas y diálogos, temor y preocupación de que
López Aliaga atente el Estado Laico y convierta al Perú en una “república
religiosa”, y por último, incertidumbre por todas las cosas que el tío Porky haría sin esperar nada bueno. Quizás lo bueno de
sus detractores es que respetarían los resultados electorales, porque saben que
esto es parte de una democracia, pero estoy seguro de que ellos harían esto:
estarían muy vigilantes ante su gobierno, se opondrían a su política que atente
contra el Estado Laico o los derechos de las minorías, desearían que no malogre
todo lo que se hizo en gobiernos anteriores y que si López Aliaga se pone
autoritario o elimina algunos “derechos” conseguidos por los sectores
progresistas, no dudarían en realizar una manifestación
para que esas actitudes no prosperen. Al
final, la actitud de sus opositores es de valorar,
demostrando que tienen mucha cultura democrática y por lo menos no habría ninguna
manifestación o muestras de violencia en caso de que ganaría López Aliaga. Eso
sería fatal para cualquiera que salga elegido democráticamente.
Aunque López Aliaga ganara o perdiera, habrá otro candidato de tendencia
conservadora que buscará llegar al poder en representación de los conservadores
porque el Perú sigue, y seguirá
siendo, un país
conservador pase lo que pase. Además, si hubiese ganado López Aliaga se
confirmaría que el Perú es un país predominantemente conservador reflejado en
el cristianismo (católico y evangélico), una religión que cada vez tiene mucha
relevancia y valor. También porque se estuvo viviendo una especie de
“Lopezaliagamanía” o la fiebre del Porky que se reflejaba mucho en las
redes sociales, en las calles y en los medios de comunicación.
Si me preguntan cómo me hubiese sentido si es que ganara López Aliaga las
elecciones, diría que me sentiría bien porque, mal que bien, Rafael López
Aliaga representaba a alguien que mantendría la economía sin grandes cambios
que afecte el rumbo económico, y que defendería con todas sus fuerzas los
valores de la vida y de la familia. Aunque por otra parte me sentiría
expectante de cómo hubiese sido su gobierno. Creo que todo dependía de cuántos
postulantes de su partido llegasen al Congreso. Si es una cantidad
considerable, creo que haría un buen gobierno; pero si no lograba una cantidad
necesaria tendría que forzar alianzas para mantenerse a flote. Posiblemente
harían alianzas con el Frepap, en caso de que pasaran la valla electoral, pero
en el peor de los casos tendrían que hacer alianzas con el Fujimorismo. En lo
personal, eso hubiera sido perjudicial para su reputación como partido. Lo que
sí es cierto es que el Partido Morado y Juntos por el Perú le harían la guerra a López Aliaga saboteando algunas
propuestas suyas que entorpecerían su supuesto gobierno.
No me sorprendería si ambos partidos se unieran para acabar un enemigo común.
Para terminar con este escrito, solo debo decirles que el panorama es muy
estremecedor. Por un lado, tenemos a un candidato socialista que, en caso de
llegar al poder, cambiaría la Constitución. Aparte que aplicaría muchas
reformas económicas que sería un completo desastre ocasionando un desfalco
económico por sus excesivos gastos públicos. Por otro lado, tenemos a una
candidata que está postulando por tercera vez dado a que sus dos elecciones
pasadas las perdió por el fuerte anti voto que existe hacia el fujimorismo.
Muchos creían que el Fujimorismo estaba muerto pero resulta que está más vivo
que nunca y que cada vez es mas difícil derrotar. Sin mencionar los casos de
corrupción que hay en su partido y el recuerdo de la dictadura que se vivió el
país en la década de los 90. López Aliaga por ahora no apoyará a ningún
candidato. Quizás apelaría a sus seguidores que voten por lo que digan sus
consciencias. Lo único bueno es que el congreso entrante será de tendencia
conservadora. Por lo visto el progresismo no tendría vigencia en estos 5 años.
Lo que se vivirá en estos 2 meses de campaña de segunda vuelta será de
preocupación y miedo. Nadie quería que esos 2 candidatos pasaran a la segunda
vuelta pero fueron la mismo ciudadanos que los escogieron. Ahora se tendrá que
pensar muy bien antes de votar. El voto nulo o blanco ya no tendrá efecto en la
segunda vuelta. Estamos entre la espada y la pared. Ya no tenemos salida. Se
tendrá que votar por uno de los 2 sí o sí para bien o para mal. Como diría Juan
Carlos Hurtado Miller cuando soltó el paquetazo del 90: “Que Dios nos ayude”.
Magno Steven
Balarezo Araujo